lunes, 30 de agosto de 2010

Campo de batalla

Miro desde el décimo piso, mi oficina en New York. Recuerdo a Papá, viejo zorro, me llevaba de la mano a comprar cierta verdura. Tal lugar era un campo de batalla: calles destruidas, gente muerta, gente fea y las paredes de los edificios se caían por la explosión gaseosa del viento y la lluvia. Caminaba con miedo, no me gustaba ir, pero Papá admiraba con ojos de belleza tal fealdad. Hoy recuerdo bien, comprendo por qué. La batalla era la ciudad que me alimentó, la muerte era vida, las paredes el patrimonial puerto, la guerra es mi amado Valparaíso.






Cuento corto participante en la "Semana de la cultura" Derecho Pucv