sábado, 12 de septiembre de 2009

Martín

Cuando te compre tiritabas de miedo y ni siquiera sabías dónde estabas. A las dos horas comenzaste a jugar con nosotros porque te enganchamos con la comida, que siempre te gustó. La primera noche fue horrible y debí haberme imaginado que ibas a ser un mamón¡Ah, que mamón fuiste! Dormir en el patio para ti era inhumano, debías dormir, por lo menos, en los sillones cómodos o en una cama. Todas las noches eran una guerra porque tu querías entrar y nosotros queríamos que cuidaras la casa afuera. Igual, siempre entrabas. Te acostabas en mi cama mientras yo tocaba la guitarra. Tú sabes todas las canciones, mis secretos, mis estudios. Tú dormiste conmigo, viajaste conmigo. Te pegué y me pegaste, nos odiábamos y nos queríamos, ladraste y lloraste.
La libertad, sentía yo, era para ti lo más importante: nunca tuviste límites y quisiste llegar más lejos. Muchas veces pensé: si este perro tiene un patio gigante, por qué quiere ir a la calle. Porque descubriste que el mundo es infinito y no había tiempo que perder, había que correr, había que oler, había que ladrar y por más que te reté jamás dejaste de hacerlo.
Me acordé de cuando te acostabas en el pasto y no te dejaba tranquilo molestándote, te tocaba la cara, te daba vueltas. Nunca fuiste pesado, es más, yo creo que te gustaba jugar conmigo.
¿De qué hubiéramos hablado si lo hubieras podido hacer? Me imaginaba las conversaciones que seguramente hubiéramos tenido porque siempre te conté todo, sólo que nunca me respondiste, aunque me mirabas con cara ladeada así como diciendo de qué habla este gil. ¿Cuánto tiempo pasamos juntos? Eras mi compañero, mi amigo, mi mejor amigo. Te crié, te alimenté, te acosté, te dí las pastillas, te levanté cuando tuve que llevarte al veterinario para los controles y no fue fácil. Perro tonto, barza, amermelao, gil. Te quiero. Cuando estabas ahí, inmóvil a la orilla de la calle y yo al lado tuyo, te acaricié pensando en que todas la lágrimas que derramo están echas del amor de padre e hijo, de hermanos, de compañeros y todo lo que fuimos juntos.

5 comentarios:

c dijo...

perro loco, amoroso, hambriento, barza, fiel, unico, alfa, copuchento, carretero, lindo...

elivb dijo...

Pucha Dani, lo siento mucho...

Hoy dia me puse a pensar que nunca he formado un lazo tan fuerte con alguna de mis mascotas, y eso que he tenido muchas.
Que importante poder emocionarse con algo asi... yo he visto irse a muchas mascotas y jamàs he llorado.
Me hubiera gustado hacerlo.

Muchos saludos

Matias dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Matias dijo...

oo que triste
casi llore
no se que le sucedio
pero es una historia conmovedora
ojala pueda alguna vez querer tanto a una mascota como para que se vuelva mi amigo.
El otro dia leía el principito y hay una parte en que un zorro le dice que cuando uno domestica a alguien ( en este caso le pedia que lo domesticara) se forma un vinculo tal que esa persona se vuelve unica para ti . Y a pesar de que hayan mil personas iguales a esa , lo que la hará diferente será que tu la conoces, la quieres , la cuidas y te preocupas por ella . Asi que siempre tendras en tu memoria a esa persona y no a las otras mil que no has "domesticado "
Seguramente martin era uno entre los mil para ti y ahora es parte de ti .
saludos

Unknown dijo...

Me hiciste llorar, weón!!!